Amenudo tenemos que utilizar hebras de hilo demasiado largas, que nos dificultan el trabajo y se enredan continuamente.
Por ello, para evitar que esto suceda, cortaremos una hebra de hilo ni muy corta ni demasiado larga, lo justo para trabajar cómodamente.
Cuando el hilo vaya llegando a su fin, antes de que se nos acabe, lo introduciremos por las rocallas de, al menos, dos columnas anteriores, de un extremo a otro (no es necesario hacerlo en línea recta, siempre que lo hagamos de arriba hacia abajo o viceversa).
(procuraremos hacerlo por el revés de la pieza)
Una vez hemos traspasado la última rocalla, cortaremos el hilo al ras.
Tomaremos una nueva hebra de hilo y la añadiremos a nuestra labor del mismo modo, pero en este caso deberemos introducir el hilo en las dos o tres columnas anteriores a la última que hemos realizado.
Procuraremos llegar con el hilo a la rocalla del extremo (en dicha rocalla, el hilo deberá dirigirse de abajo hacia arriba para que de de esta manera podamos continuar trabajando).
Este proceso se podrá realizar tantas veces sea necesario hasta finalizar nuestra pieza de bisutería.